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La
captación
del
agua
en
el
río
se
realizaba,
y
así
continúa,
mediante
un
azud.
Desde
aquí
hasta
los
cárcabos
en
los
que
se
alojaban
los
rodetes
de
las
distintas
máquinas,
discurre
por
una
acequia
de
unos
1.400
metros
de
longitud,
alojada
en
la
margen
izquierda
del
río.
Un
trazado
complicado
por
la
altura
e
inclinación
de
la
ladera,
en
algunos
tramos
con
escaso
espacio
para
asentarse
y
que
los
años
ha
empeorado.
A
lo
largo
del
mismo,
se
localizan
cinco
aliviaderos
o
tajaderas para comtrolar y regular el caudal de la acequia.
Actualmente
el
caudal
es
muy
inferior
al
que
llevaba
en
tiempos
de
actividad
industrial
poir
lo
que
no
está
sometida
a
grandes
fuerzas,
no
obstante,
corrimientos
de
la
ladera
producen
averías
algunas de ellas de complicada solución.
Termina
en
la
parte
de
acumulación
para
conseguir
volumen
de
agua
y
consiguiente
fuerza
para
mover rodetes y turbinas.
Hoy
en
día,
desaparecidas
las
antigüas
instalaciones
de
molinos,
batanes
y
turbinas,
su
caudal,
gestionado por una Comunidad de Regantes, sirve para servicio de pequeños huertos domésticos.
La conducción del agua.